El poder que ostentan los poderosos narcoeconómicamente es innegable. Innegable es también que compran voluntades.
Pero no las compran por la debilidad nuestra, sino por una real situación de desigualdad social y materialismo extremo que nos empuja furiosa y urgentemente a unos, a tener como objetivo siempre el cruzar esa raya y "empezar a vivir" como otros.
Y nos ofertan... y pueden comprarnos!
Por acción o por omisión!
Compran directores de prisiones, que, impotentes, corren ante las cámaras que, luego de una "rueda de prensa" los acosan periodistas genuinamente interesados en comprender un poco más lo incomprendible. Una clara indicación de la falta de argumentación válida.
Como compran generales y coroneles, tnts. coroneles y capitanes, que al final solo pueden someterlos a través de las balas. Aun estando recluidos en castillos de las Fuerzas Armadas!
Como compran tenientes, sargentos, cabos y hasta puros rasos, al permitir a un criminal insultar al ciudadano humilde y decente, convirtiendo su celda en un paraíso al estilo "syn city" y nadie revisarse a lo interior.
Como compran sus compañeros reclusos y sueltos, quienes les sirven allá dentro emulando esclavos egipcios con su faraón y matando los de acá fuera al escuchar el macabro "ring".
Como compran a todos sus vecinos, quienes los sepultan cuales estadistas, maestros, dioses o no se qué tan extraña confusión. O no recuerdan que por actores de sus tallas es que vamos rumbo al desastre todos?
Como compran las niñas que a la pregunta de cuánto le pagaron por su uso sexual en una orgía, solo atinó a echarse a llorar, en clara alusión de que solo hoy notaba;
que su integridad no tenía precio.
No se me vendan.
sábado, 23 de mayo de 2009
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