INTERNATIONAL

jueves, 21 de mayo de 2009

Job nos enseñó humildad

Lo único que emana seguridad es el bien obrar. Cuando estamos seguros de que nuestros actos no han sido reñidos con la moral y la ética, entonces alejamos dudas e inseguridades.

El amor echa fuera el temor. El perfecto amor.

El que ama no puede odiar al tiempo, pues el uno es la unidad (unión, yo uno, tú unes) y de la unidad llega lo único (la suma); esto es, todas las cosas son parte de otras, por eso de la unidad es el universo.

No puedes amar tu brazo al tiempo que odias tu pierna. La unidad que te hace ser uno al contarte cuenta con ambos miembros.

Por lindos que estén ataviados, no podemos dejarnos conducir por de quien no emana autoridad intrínseca. Arrodillados en lo más profundo de nuestra habitación, deberíamos apelar directamente a quien sintamos que debe llevar las riendas de nuestros actos.

El bien ni el mal existen pura y simplemente, así, lo dañino para tales podría ser beneficioso para cuales.

Pero sí existe lo que en nuestro medio conocemos como crimen. El crimen salta de la simple infracción, violación de normas consciente o inconscientemente, mal directo o inconducta singular, situándose en el aspecto sistemático de los antes mencionados.

Así, el causar dolor a una persona humana podría ser circunstancial, pero si cruza al nivel sistemático, o sea, si se crean las bases para causar dolor humano de tal forma que desde antes de la acción ya se puedan evaluar resultados y los mismos obviamente sobrepasen los límites de lo simple y específico, entonces es crimen.

Entonces el crimen viene a ser ejemplo del mal quizá puro y simple. Pero, aun sin crimen...


Cómo vivir en paz con todos los hombres? Cómo actuar sin crear dolor?

Primeramente, imposible. Resta hacer lo mejor respecto a los demás, pero primeramente respecto a ti mismo.

Y creer en Dios. En el uno. El que existe más allá de los absurdos y parcializados razonamientos de los "ataviados" antes mencionados.

Como el patriarca Job, quien seguro de jamás haber hecho mal y con la fortaleza que le daba esto, rechazó la palabra que le enviaba Jehová con sus tres amigos, alegando su inocencia.

He querido compartirlo con ustedes. Job no le comió mierda a nadie. Apeló a Dios mismo. Sabía, como yo sé, que Dios no necesita que decapiten ni ahorquen a nadie para que los demás puedan creer en Él. No necesita hablar a través de pastores ni curas. Si Dios es como ellos predican, entonces que venga, dé una conferencia de prensa y responsablemente responda preguntas.

Pero lamentablemente no es así. Sino que Dios somos tú, yo, la naturaleza, la unidad, TODO. Por eso el "boche" de Dios a Moisés : Yo soy el (lo, la, los, las) que soy!

Eso en hebreo antiguo se escribía como tetragrama, cuatro letras sin vocales. En ese idioma no existian vocales y los eruditos antiguos interpusieron las vocales de la palabra ADONAI al tetragrama original JHVH, resultando el latinizado Jehová y consolidándose como "el nombre de Dios".

Nada menos cierto. Dios no dijo su nombre. Solo abochornó a Moisés explicándole que Él es lo que es y ya. El, la, los, las. El espíritu de Dios es una actitud discriminatoria incluso; o acaso no podria ser femenino (en caso de sexualizarse)?

No es más grande y respetable la madre tierra que el gran mar?

Acaso alguien se fija en el sexo en esa ocasión? Pero han pensado lo mal que cae pensar en Dios como mujer?

O La Espíritu Santa?

Terrible. Concepciones vagas e idólatras, retorcidas y negativamente influyentes para un mundo con ansias de ver mejoradas sus concepciones sobre el bien y el mal.


O no tuvieron que esperar hasta la SUMA TEOLOGICA para poder predicar sin espada?

Dios usaría la espada? Porque un triste y débilucho humano no quiere creer en El?


Compartamos la tristeza de Job, al no poder comprender porqué sus actos no habían agradado, al parecer, a Dios :

Job 13

1 He aquí que todas estas cosas han visto mis ojos,

Y oído y entendido mis oídos.


2 Como vosotros lo sabéis, lo sé yo;

No soy menos que vosotros.


3 Mas yo hablaría con el Todopoderoso,

Y querría razonar con Dios.


4 Porque ciertamente vosotros sois fraguadores de mentira;

Sois todos vosotros médicos nulos.


5 Ojalá callarais por completo,

Porque esto os fuera sabiduría.


6 Oíd ahora mi razonamiento,

Y estad atentos a los argumentos de mis labios.


7 ¿Hablaréis iniquidad por Dios?

¿Hablaréis por él engaño?


8 ¿Haréis acepción de personas a su favor?

¿Contenderéis vosotros por Dios?


9 ¿Sería bueno que él os escudriñase?

¿Os burlaréis de él como quien se burla de algún hombre?


10 El os reprochará de seguro,

Si solapadamente hacéis acepción de personas.


11 De cierto su alteza os habría de espantar,

Y su pavor habría de caer sobre vosotros.


12 Vuestras máximas son refranes de ceniza,

Y vuestros baluartes son baluartes de lodo.


13 Escuchadme, y hablaré yo,

Y que me venga después lo que viniere.


14 ¿Por qué quitaré yo mi carne con mis dientes,

Y tomaré mi vida en mi mano?


15 He aquí, aunque él me matare, en él esperaré;

No obstante, defenderé delante de él mis caminos,


16 Y él mismo será mi salvación,

Porque no entrará en su presencia el impío.


17 Oíd con atención mi razonamiento,

Y mi declaración entre en vuestros oídos.


18 He aquí ahora, si yo expusiere mi causa,

Sé que seré justificado.


19 ¿Quién es el que contenderá conmigo?

Porque si ahora yo callara, moriría.


20 A lo menos dos cosas no hagas conmigo;

Entonces no me esconderé de tu rostro:


21 Aparta de mí tu mano,

Y no me asombre tu terror.


22 Llama luego, y yo responderé;

O yo hablaré, y respóndeme tú.


23 ¿Cuántas iniquidades y pecados tengo yo?

Hazme entender mi transgresión y mi pecado.


24 ¿Por qué escondes tu rostro,

Y me cuentas por tu enemigo?


25 ¿A la hoja arrebatada has de quebrantar,

Y a una paja seca has de perseguir?


26 ¿Por qué escribes contra mí amarguras,

Y me haces cargo de los pecados de mi juventud?


27 Pones además mis pies en el cepo, y observas todos mis caminos,

Trazando un límite para las plantas de mis pies.


28 Y mi cuerpo se va gastando como de carcoma,

Como vestido que roe la polilla.


Job tenía una confianza profunda en su integridad. Así podríamos encontrarnos por momentos. Esto da seguridad. Nos llama a interpelar al mismo Dios. Esa no es la solución.

Job fue varón "perfecto y recto", "temeroso de Dios y apartado del mal", sin embargo y como ejemplo de humildad sin límites, terminó acongojado pidiéndole a Dios :

34:32 Enséñame tú lo que yo no veo; que si hice mal, no lo haré más.

Esto es para ejemplo mío.


Ahora hablaré yo también; y que me venga lo que me viniere:
Porque si ahora callara, moriría.

Llámame, que yo responderé;
O dime pa'llamarte, pero entonces respóndeme!

He aquí, aunque él me matare, en él esperaré;

No obstante, defenderé delante de él mis caminos,




Lo digo de corazón. No quiero intermediarios.


He querido hacer lo bueno. No sé si lo logro.
Sigo deseándolo y lo intento siempre.

Oremos :

Enséñame , lo que yo no veo.

Que si hice mal, no lo haré más.

Amén.


-Joel

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Su comentario será publicado siempre y de inmediato. Puede opinar anónimamente. No calle, no se rinda, opine!